Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999, Estados Unidos ha fracasado en todos sus intentos de erradicar el chavismo.

Vicky Peláez, analistaEl imperio agota recursos para doblegar a Venezuela

Los estrategas de la Casa Blanca y del Pentágono ya están perdiendo toda imaginación para acabar con el legado de Chávez. Su nuevo ‘invento’ desesperado, el Grupo de Lima, ha declarado, violando todas las leyes internacionales y en especial la Carta de la OEA, y sin tener un estatuto jurídico necesario, que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no podrá asistir a la VIII Cumbre de las Américas.
Mercedes Aráoz, la primera ministra del país anfitrión, Perú, advirtió, mostrando completa ignorancia en el tema de las relaciones internacionales, y en un intento de congraciarse con su gran patrón, Washington, que “Maduro no puede entrar ni al suelo ni cielo peruano…y si intenta ingresar mediante vuelo comercial al Perú, no se le permitirá entrar por Migraciones”.
Trump o bien su vicepresidente, Mike Pence, podrían asistir acompañados por el secretario de Estado, Rex Tillerson, a la reunión que se celebrará en Lima los días 13 y 14 de abril. Las autoridades estadounidenses tratan de evitar un posible enfrentamiento verbal con Nicolás Maduro durante la cumbre o un disgusto, porque saben que el presidente venezolano acusará a EEUU de intentar desestabilizar al país durante los últimos 19 años.
Maduro le podría echar en cara a Washington los zarpazos de los golpes de Estado, las guarimbas que dejaron solamente entre el 6 de abril de 2017 y el pasado 12 de febrero 173 víctimas fatales, sabotajes, asesinatos, el bloqueo económico y financiero, el paramilitarismo, las presiones diplomáticas, la guerra mediática usando ‘falsos positivos’, amenazas de medidas militares. Pondría también sobre la mesa la decisión del Grupo de Lima al declarar a Nicolás Maduro ‘persona non grata’ en la Cumbre de las Américas.
El Grupo de Lima (GL) fue creado por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en agosto de 2017, siguiendo el libreto de EEUU, diseñado para hacer retornar a Venezuela a la ‘alfombra de los perritos dóciles’. En abril y julio pasados, cuando las guarimbas estaban apoderándose del país bolivariano, la mayoría de los países que ahora están conformando el GL exigían la necesidad de elecciones presidenciales anticipadas en el país bolivariano, siguiendo las consignas de la oposición venezolana.
Sin embargo, apenas el Gobierno de Maduro anunció las elecciones anticipadas cuya fecha iba a ser acordada junto con seis de los puntos previamente consensuados en la Mesa de Diálogo con la oposición en República Dominicana, la oposición rompió el diálogo.
Lo curioso fue que inclusive ambas partes aceptaron el 22 de abril próximo como la fecha de elecciones en presencia del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien actuó junto con Danilo Medina como mediador. Pero, en vísperas de la firma de un acto formal, cuando todos los presentes se sentían seguros de que finalmente la paz retornaría a Venezuela, el representante de la MUD, Julio Borges, recibió una llamada telefónica del secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, que se encontraba de gira en Bogotá.
Aquella llamada puso fin al diálogo y echó por la borda dos años de trabajo del Gobierno venezolano por alcanzar la paz social. Sorprendido e indignado, Rodríguez Zapatero declaró que la oposición “ha dado un portazo a un proceso electoral con garantías y consenso en la fecha de los comicios, la posición sobre las sanciones contra Venezuela, las condiciones de la Comisión de la Verdad, la cooperación ante los desafíos sociales y económicos, el compromiso por una normalización institucional y las garantías para el cumplimiento del acuerdo, y el compromiso para un funcionamiento y desarrollo plenamente normalizado de la política democrática”.
¿Y qué otra alternativa le quedaba a la oposición de acuerdo a la lógica injerencista de EEUU? El reciente estudio, que abarcó el 75% de los municipios del país, presentado por el canal de televisión privado Globovisión, que es totalmente antichavista, arrojó que el 80,8% de los electores estará dispuesto a ejercer el derecho al voto y el 56,3% de venezolanos volvería a votar por el actual jefe del Estado.
Resulta que el estudio no desconoce que existe una severa crisis económica, pero parte importante de la opinión pública reconoce que el Gobierno ofrece iniciativas como el CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción), el Carné de la Patria, los Bonos Económicos, Hogares de la Patria y muchos otros programas populistas.
En las condiciones actuales la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ) decidieron llamar a la población a no participar en las elecciones. De esta forma la oposición, que está atravesando una crisis, podría intentar a unificarse a través de la abstención para demostrar que tiene más votos que los chavistas.
La iglesia católica venezolana y la evangélica están apoyando a los opositores.
A la vez, la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA ya han reanudado con mayor intensidad su programa de ‘caos programado’ para molestar a la población venezolana.
La Unión Europea y los organismos internacionales de derechos humanos arremetieron todos contra el Gobierno de Maduro denunciando las próximas elecciones presidenciales como ilegítimas.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro ha pedido por enésima vez al Gobierno norteamericano imponer sanciones más duras contra Venezuela para doblar el brazo electoral gubernamental.
Mientras Colombia denuncia el éxodo masivo de venezolanos de su país, el Gobierno colombiano oculta que hay siete millones de desplazados colombianos y de ellos casi cinco millones residen en Venezuela.
Los militares estadounidenses no se quedan atrás. El jefe del Comando Sur, almirante Kurt W. Tidd, amenazó a Maduro con la ‘intervención humanitaria’ del tipo que ya practicó EEUU en Yugoslavia y Libia.
No hay que olvidar que el Comando Sur tenía ya en 2015 un plan de intervención militar en Venezuela. Se necesitarían no menos de 200.000 tropas para invadir Venezuela y varios años de ocupación con resultados imprevisibles. Estados Unidos no tiene potencial para llevar a cabo la empresa en este momento.
Esto significa que la ‘intervención humanitaria’ se descarta y lo que le queda a EEUU es usar su táctica de la ‘guerra sucia’ con la ayuda de sus lacayos venezolanos y sus ‘perritos falderos’ del Grupo Lima contra Venezuela para quebrar la voluntad del pueblo venezolano. No lo pudieron hacer con Cuba hasta ahora y no será nada fácil doblegar a los bolivarianos, chavistas y no chavistas. (Sputnik)

VICKY PELÁEZ, ANALISTA            FUENTE DE DIARIO LA REPUBLICA

Operación ‘Cisne Negro’: la emboscada que le preparan a Maduro en Perú
#IdearioOperación ‘Cisne Negro’: la emboscada que le preparan a Maduro en Perú

Acuñada por Nassim Taleb, la frase designa la ocurrencia de un evento atípico, “fuera del ámbito de las expectativas ordinarias” y que causa un alto impacto en la sociedad. A las puertas de una elección presidencial en Venezuela nos preguntamos por la posibilidad de que ocurra una situación extrema en el país sudamericano.
Una operación ‘Cisne Negro’ tendría como objetivo afectar la correlación de fuerzas de cara a los próximos comicios electorales. Con las encuestas dando como favorito a Nicolás Maduro, EEUU necesitaría casi un milagro para revertir la precaria situación organizacional de la coalición opositora.
El imperio agota recursos para doblegar a Venezuela
A pesar de que el partido del Gobierno y algunos liderazgos emergentes de esa oposición, han firmado un compromiso de garantías para la realización de las elecciones presidenciales, que incluye extender la fecha de los comicios, gobiernos como el canadiense han expresado que la postergación de las elecciones para mayo “no cambia nada”.
Esta declaración, así como la denuncia que hace el canciller venezolano sobre la extensión de la orden ejecutiva que considera a Venezuela una “amenaza inusual y extraordinaria”, hacen suponer que Washington y sus aliados no cederán un ápice en su plan para deponer al gobierno venezolano, por cualquier medio.
Maduro ha informado su decisión de asistir “por aire, tierra o mar” a la Cumbre de las Américas a realizarse en Perú en abril, aun cuando la cancillería peruana le ha retirado la invitación.
A pesar de que juristas han expresado sus reservas ante la intención del Presidente, pocos han hecho evaluación pública del siguiente escenario: la posible solicitud de captura por parte de la Corte Penal Internacional contra el mandatario sudamericano.
La abogada e investigadora en derecho constitucional Ana Cristina Bracho explicó que no se trata de una idea absurda sino de una hipótesis que debe ser analizada con mucho detenimiento por parte del Estado venezolano.
Según Bracho, ya existe un precedente de ‘orden de captura’ contra un presidente en funciones. El caso de Omar Bashir, presidente de Sudán, tiene mucho paralelismo con la manera en que, según la experta, se ha “construido el expediente negativo contra Maduro”.
Bashir fue imputado en 2009 por su presunta responsabilidad en la represión de las protestas de grupos no árabes en Darfur. La orden fue emitida por el entonces juez Luis Moreno Ocampo, el mismo a quien el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, reclutó hace unos meses para que levantara un expediente por supuestos crímenes de lesa humanidad cometidos por el Gobierno venezolano.
Para Bracho, la idea de que se emita una orden de aprehensión contra Maduro aprovechando su viaje a Perú es “jurídicamente posible”, debido al escenario internacional que se ha venido construyendo desde 2016 en los que se “están utilizando términos como crisis humanitaria, que son conceptos del derecho humanitario y el derecho del estatuto de Roma. Estamos hablando de querer ver a Venezuela desde la óptica de los crímenes de lesa humanidad”.
Sin embargo, para el analista político Richard Peñalver, consultado en exclusiva, debemos ir más allá en cuanto a las preocupaciones derivadas de la asistencia de Maduro a la Cumbre de las Américas.
No se trata de evaluar únicamente la orden de aprehensión dictada por la Corte Penal Internacional, sino que además hay que considerar que la propia vida del presidente estaría particularmente comprometida, señala Peñalver.
Ya la jefa del Gabinete peruano declaró que “Maduro no puede entrar ni al suelo ni cielo peruano… y si intenta ingresar mediante vuelo comercial al Perú, no se le permitirá entrar por Migraciones”. Esto hace recordar a un suceso de 2013 en el que se puso en riesgo la seguridad del presidente Evo Morales, cuando algunos Gobiernos europeos le negaron la posibilidad de sobrevolar su espacio aéreo acusándolo de transportar de manera clandestina a Edward Snowden.
¿Sería capaz EEUU de pedir a sus aliados cerrar el espacio aéreo para dificultar la asistencia de Maduro a la Cumbre, y su posterior retorno a Venezuela? Nada está descartado.
¿Qué pasa si detienen al presidente en Perú? “A nivel nacional se produciría una falta absoluta, lo que conduciría a que el control del Gobierno lo asuma el vicepresidente. Esto podría causar una conmoción que enrarezca o quizá incluso obligue a la suspensión de las elecciones presidenciales”, señala Peñalver.
Sin embargo, a juicio del analista, es válido considerar que EEUU estaría evaluando un escenario más propicio, como por ejemplo, activar la orden de aprehensión de la Corte Penal Internacional, luego de que tal y como lo reflejan algunas encuestas, Nicolás Maduro gane los comicios venideros:
“En este caso, el hecho tendría lugar al inicio del periodo presidencial, lo cual obligaría a que el Gobierno lo asuma la Asamblea Nacional de mayoría opositora. Un escenario muy similar a los golpes parlamentarios ya vistos en Honduras, Brasil y Paraguay”.
Otras hipótesis de alto impacto
Una de ellas podría ser un intento de asesinato contra el candidato presidencial de oposición o un importante líder del Gobierno bolivariano antes de mayo.
La historia está plagada de situaciones similares, como por ejemplo el homicidio en 1989-1990 de cuatro aspirantes a la presidencia de Colombia, organizado por grupos paramilitares y del narcotráfico neogranadino; los cuales, por demás está decir, son enemigos declarados del Gobierno venezolano.
Aunado a esto, el jefe del servicio bolivariano de inteligencia nacional de Venezuela ha denunciado recientemente planes de asesinato selectivo como el que se pretendía ejecutar contra el expresidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes. Estas acciones parecen articularse con una operación psicológica impulsada por los grupos más radicales de oposición, que habla de una división en el seno del chavismo.
Nunca debe descartarse el que se produzcan acciones terroristas, como el reciente intento de descarrilar un tren que une a Caracas con Miranda. Evento que, de haberse concretado, le habría costado la vida a más de un centenar de personas.
Por último, resulta vital considerar los potenciales y sistemáticos ataques a los autobuses que transportan a los venezolanos que emigran.
Las noticias que abundan sobre asesinatos de venezolanos en el exterior también pueden obedecer a una misma lógica: activar operaciones de información para doblegar anímicamente a la población venezolana, a la vez que continúan alimentando la industria mediática con la argumentación de “crisis humanitaria”.
Este es el camino por el que avanza el país con las mayores reservas de petróleo, un panorama que el propio Nassim Taleb describiría como “dominado por lo extremo, lo desconocido y lo altamente improbable”. Veremos si a medida que nos acerquemos a las elecciones presidenciales, desplegará sus alas el peor de los escenarios o por el contrario, la paz y las reglas de la democracia se impondrán como único destino posible de la Venezuela bolivariana.

FUENTE DE DIARIO LA REPUBLICA

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